jueves, 3 de junio de 2010

Hello.. espero que se encuentren superduperbien!! jeje bueno hoy no les tengo poemas ni nada por el estilo. He estado trabajando con una pequeña novelilla y bueno quiero hacer el inento de públicar el primer capitulo. Saben que si ustedes tambien tienen una gran imaginación y creatividad me pueden enviar sus obras (novelillas, pensamientos, poemas, reseñas de libros, links para bajar libros gratis, etcetc...) a mi e-mail: modaandpassion@hotmail.com
Bueno aca les dejo mi novelilla se llama: "El Cuarto de los Sueños" espero que la disfruten..

*Capítulo I:
Mi vida fue como una montaña rusa que sube y baja, como un viento ligero y fuerte, como la marea que todo lo que trae se lo lleva. Soy Alina Pérez, tengo 98 años de edad y me encuentro en el hospital “Paz y Alivio”, pasando mis últimas horas antes de mí muerte natural. Nunca me he rendido ante algo, todo lo que llevo hasta ahora lo he ganado con mucho esfuerzo. Mucha gente dice que cuando llegamos hasta nuestras últimas horas vemos como una película de lo bueno y malo que hicimos durante nuestra existencia; de los momentos felices, trágicos, dolorosos e inolvidables; ahora creo que tienen razón. Mi película no es muy feliz que digamos, tengo una hija y un amigo muy especial. Recuerdo mi infancia, no fue fácil, fue muy dura; a mi madre bajo los efectos del alcohol y el vicio del cigarrillo, vaya que vividos recuerdos como si tan solo hubiera sido ayer…
Siempre soñé con ser una niña normal, tener muñecas, amigas, ver a mis padres felices, como en los cuentos de princesas; pero no fue así. Mi madre era alcohólica, nunca estaba en casa y mi padre no lo sé, la única información que tengo de él es procedente de mi madre, que como toda mujer dolida por el abandono hablaba mal de él, diciendo: “ese es un maldito bástardo que nos dejó por una prostituta”. Así que como se lo pueden imaginar no fue nada sencillo convivir con una persona así, pero era niña y con todos los defectos amaba a mi madre. A la edad de 7 años yo no era normal sentía que no encajaba como era debido en el mundo, cursaba el 2do grado de primaria, y soñaba. Un día mi madre llegó borracha y me dijo: “tú eres la culpable de que él se fuera”; luego me agarro por el brazo y me encerró en el armario, un cuarto pequeño pero a la vez espacioso; esa fue la primera vez. Cada día durante mi corta edad se me iba haciendo costumbre el encierro, ahí aprendí a reprimir mi tristeza, no tener miedo a la oscuridad, comprender y tolerar. Dos meses antes de mí cumpleaños número 8, en el colegio, vi una película sobre una niña que se sentía sola y triste, como yo, y para de desahogarse, pintaba cosas lindas. Ahí empezó mi mundo…

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A más tardar mañana o pasado les público el otro espero que este les halla llamado la atención.

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